10/02/2022 - La economía de la UE ganará impulso tras la desaceleración invernal

En España se espera que el crecimiento económico recupere impulso a partir del segundo trimestre de 2022, con tasas de crecimiento trimestrales superiores al 1% hasta principios de 2023.



Las previsiones económicas de invierno de 2022 indican que, tras una notable expansión del 5,3% en 2021, la economía de la UE crecerá un 4% en 2022 y un 2,8% en 2023. También se prevé que el crecimiento en la zona del euro se sitúe en el 4% en 2022 y que se modere hasta el 2,7% en 2023. La UE en su conjunto alcanzó su nivel de PIB anterior a la pandemia en el tercer trimestre de 2021 y se prevé que todos los Estados miembros hayan superado ese hito a finales de 2022.

El crecimiento económico ganará impulso

Tras el vigoroso repunte de la actividad económica que comenzó en la primavera del año pasado y se mantuvo hasta principios de otoño, se calcula que el ritmo de crecimiento en la UE se desaceleró hasta el 0,4% en el último trimestre de 2021, desde el 2,2% del trimestre anterior. Si bien ya se preveía una desaceleración en las previsiones económicas de otoño de 2021 después de que la economía de la UE cerrara la brecha con su nivel de producción anterior a la pandemia en el tercer trimestre de 2021, aquella fue mayor de lo previsto, ya que se intensificaron los factores negativos para el crecimiento, sobre todo el aumento de las infecciones por COVID-19, los altos precios de la energía y el mantenimiento de las perturbaciones en la oferta.

La pandemia sigue influyendo en el crecimiento, ya que muchos países de la UE sufren las tensiones derivadas de la combinación de una mayor presión sobre los sistemas sanitarios y la escasez de personal debido a enfermedades, cuarentenas preventivas o tareas asistenciales. También se prevé que los cuellos de botella logísticos y de suministro, incluida la escasez de semiconductores y de algunos productos metálicos, sigan pesando en la producción, al menos durante el primer semestre del año. Por último y con igual grado de importancia, se prevé que los precios de la energía sigan siendo altos durante más tiempo de lo previsto en las previsiones de otoño, lo que pesará de forma más prolongada en la economía y dará lugar a mayores presiones inflacionistas.

Esta previsión parte de la suposición de que la presión sobre la economía causada por la actual ola de infecciones será de corta duración. Se prevé que la actividad económica recupere el impulso, también a medida que las condiciones de la oferta sigan normalizándose y se moderen las presiones inflacionistas. Más allá de las turbulencias a corto plazo, los fundamentos que sustentan esta fase expansionista siguen siendo sólidos. La mejora continua del mercado laboral, el elevado ahorro de los hogares, unas condiciones de financiación todavía favorables y la plena aplicación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) sostendrán una fase expansiva prolongada y sólida.

La incertidumbre y los riesgos siguen siendo elevados

Aunque el efecto de la pandemia en la actividad económica ha disminuido con el tiempo, las medidas de contención en curso y la escasez prolongada de personal podrían lastrar la actividad económica. También podrían afectar al funcionamiento de las cadenas de suministro críticas durante más tiempo de lo previsto. En cambio, un menor crecimiento de la demanda a corto plazo puede contribuir a subsanar los cuellos de botella en la oferta algo antes de lo previsto.

Por el lado positivo, la demanda de los hogares podría crecer más de lo previsto, como ya se ha experimentado con la reapertura de las economías en 2020, y las inversiones fomentadas por el MRR podrían dar un mayor impulso a la actividad.

La inflación puede resultar superior a lo previsto si las presiones sobre los costes se trasladan finalmente de los precios industriales a los precios de consumo en mayor medida de lo previsto, con lo que se agravaría el riesgo de efectos indirectos.

Los riesgos para las perspectivas de crecimiento e inflación se ven considerablemente agravados por las tensiones geopolíticas en Europa Oriental.

Las previsiones en España

Tras la tenue expansión observada en el primer semestre de 2021 debido a las medidas de confinamiento aún vigentes, la recuperación de la actividad económica cobró fuerza en el segundo semestre del año. El PIB creció un 2,6% (trimestre) en el 3T y un 2,0% en el 4T. La inversión y las exportaciones netas fueron los principales impulsores del impulso de crecimiento durante este período, mientras que el aumento de los precios al consumidor, el aumento de las infecciones y la incertidumbre restringieron el consumo privado. En general, el PIB aumentó un 5% en 2021 y se espera que aumente un 5,6% en 2022 y un 4,4% en 2023.