15/05/2024 - El consumo privado alienta el crecimiento del PIB en la UE

También se prevé que el repunte del comercio impulse las exportaciones de la UE. Sin embargo, al recuperarse la demanda interna, la aceleración de las importaciones contrarrestará en gran medida la contribución positiva de las exportaciones al crecimiento.



Según las previsiones de primavera de la Comisión Europea, el crecimiento del PIB en 2024 será del 1% en la UE y del 0,8% en la zona del euro. En 2025, se prevé que el crecimiento del PIB se acelere, hasta situarse en el 1,6% en la UE y en el 1,4% en la zona del euro. Se prevé que la inflación IPCA disminuya del 6,4% en 2023 al 2,7% en 2024 y al 2,2% en 2025 en la UE. En la zona del euro, se prevé que baje del 5,4% en 2023 al 2,5% en 2024 y al 2,1% en 2025.

Según la estimación rápida preliminar de Eurostat, en el primer trimestre de 2024, el PIB creció un 0,3% tanto en la UE como en la zona del euro. Esta expansión, que fue generalizada en todos los Estados miembros, marca el final del prolongado período de estancamiento económico que comenzó en el último trimestre de 2022.

Se espera que el crecimiento de la actividad económica este año y el próximo se vea impulsado, en gran medida, por un aumento constante del consumo privado, al sustentar el crecimiento continuado de los salarios reales y del empleo un aumento de la renta efectiva disponible. Sin embargo, la fuerte propensión al ahorro sigue frenando parcialmente el consumo privado.

En un contexto de resiliencia de la economía mundial, se prevé que el repunte del comercio impulse las exportaciones de la UE. Sin embargo, al recuperarse la demanda interna en la UE, la aceleración de las importaciones contrarrestará en gran medida la contribución positiva de las exportaciones al crecimiento.

En la zona del euro, la inflación IPCA ha seguido disminuyendo de forma acusada desde el máximo (interanual) del 10,6% registrado en octubre de 2022. En abril de este año, se estima que alcanzó su valor mínimo en dos años, al situarse en el 2,4%.

Partiendo de unos resultados inferiores a los previstos en los primeros meses de este año, se prevé que la inflación siga disminuyendo y alcance el objetivo en un momento de 2025 ligeramente anterior al anticipado en las previsiones intermedias de invierno. Se prevé que la desinflación se vea impulsada principalmente por los productos no energéticos y los alimentos, al tiempo que aumenta la inflación energética y disminuye solo de forma gradual la inflación de los servicios, en paralelo con una moderación de las presiones salariales. Se espera que la inflación en el conjunto de la UE siga una senda similar, aunque en valores ligeramente superiores.

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